Paso 1: Conocer la receta

Lo primero es entender bien la receta. Es importante conocer el proceso, haberla preparado alguna vez o al menos investigar a fondo su elaboración. Como me encanta cocinar, decidí hacer la receta para Navidad y, para mi sorpresa, me salió bien a la primera (jejeje). Mi abuela tenía un talento increíble en la cocina, y de alguna manera, su toque se quedó conmigo.

Paso 2: Selección de ingredientes y utensilios clave

Una vez tienes la receta clara, el siguiente paso es hacer una lista de los ingredientes. Si son muchos, elige los más representativos para destacarlos en la ilustración. También es importante ilustrar los utensilios esenciales para su preparación.

En el caso del ponche de huevo, la preparación es bastante sencilla. Solo necesitas batir los ingredientes hasta obtener una mezcla cremosa. Para mi ilustración, opté por representar un bol con todos los ingredientes en su interior y, arriba al centro, la imagen del resultado final: un vaso con ponche bien servido, junto a su botella con su tono dorado y un texto que describa la receta.

Paso 3: La importancia del texto en una receta ilustrada

Una receta ilustrada no solo debe ser estética, sino funcional. Es decir, cualquier persona que la vea debe entender cómo hacerla. Para lograrlo, acompaño mis ilustraciones con texto que explique el proceso de manera clara y concisa.

No todas las recetas requieren explicar el paso a paso con imágenes. Por ejemplo, cuando participé en el concurso de la Trenza de Almudévar, no conocía su elaboración exacta. Sin embargo, investigué sobre sus ingredientes y su calidad, y decidí destacarlos en la ilustración como elementos gráficos clave. En este caso, la imagen transmitía la esencia del plato sin necesidad de describir cada paso.

Paso 4: Cuando lo simple también cuenta

No todas las recetas requieren mucho texto. Un gran ejemplo de esto es el diseño que hice para la Crepería La Plaza en Fuengirola. Ilustré una receta de crepes que forma parte de la identidad del restaurante. Aunque las crepes tienen una elaboración sencilla, la receta ilustrada sigue siendo clara y atractiva para el público.

Este es un aspecto clave: una receta ilustrada no es solo decorativa, sino funcional. Como ilustradores, nuestro objetivo es encontrar el equilibrio entre arte y utilidad, logrando que cada diseño sea una experiencia visual que invite a cocinar.

Conclusión

Ilustrar recetas es una forma maravillosa de combinar la pasión por la cocina con el arte. Cada ingrediente, cada herramienta y cada plato cuentan una historia. Si te apasiona dibujar y te encanta la gastronomía, quizás aquí encuentres una oportunidad para fusionar ambas pasiones y darle un nuevo giro a tu creatividad. 🍽️🎨

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